Tarde de domingo y frío; tarde de
manta, radio y fútbol. Hacía tiempo que no enchufaba
la radio una tarde de domingo para escuchar cómo discurría la jornada futbolera. Sintió curiosidad. Desde el
inicio de la nueva temporada estaba encendida la polémica entre los clubes y
las emisoras. El motivo el de siempre: LA PASTA. Los directivos no saben de
dónde sacar euros y quieren cobrar a las radios por la presencia de reporteros en
el interior de los estadios. Quiso pasar una tarde de radio y constatar si en
verdad habían cambiado aquellos programas que se prolongaban durante horas a lo
largo de toda la tarde.
Su recuerdo se remontaba años
atrás. Los domingos y algunos sábados, cuando aún vivía en casa de sus padres, se
encerraba en su cuarto después de comer y ponía en marcha el relato a cien
voces de la jornada de Liga. Entonces las televisiones no retransmitían tres o
cuatro partidos por jornada; como mucho uno y si un fin de semana echaban el partido de tu equipo ya
sabías que tenías que esperar al menos otras cuatro para volver a verlo.
En la radio no; en la radio tu
equipo jugaba todos los domingos. El imaginaba cada jugada mientras escuchaba
la apasionada narración que salía de su cadena
de música. Controles increíbles, regates imposibles y goles, muchos goles. A
cada instante un reportero interrumpía para anunciar un nuevo gol. Esa fue una
de sus decepciones, apenas se jugaban tres partidos de Primera División. Así
que una de las secciones de las que guardaba un mejor recuerdo, las rondas de
minuto y resultado, eran prácticamente inexistentes. Estaba claro, cuatro
partidos el sábado, uno el domingo por la mañana, y uno los lunes, no dejaban
mucha historia para la tarde del domingo. Así que, nada de ¡¡¡Gol en Las Gaunas!!! (ya, ya sé...pero esa es otra historia).
Sintió cierta pena. Por muy
increíble que pudiera parecer, a través de la radio habían labrado su afición
al fútbol muchas personas. A través de la radio habían aprendido todo lo que
sabía sobre el fútbol: jugadores, alineaciones, entrenadores, equipos míticos –quintas y dream teams-, estadios o
aficiones. Es cierto que todo lo que imaginaba con la narración auditiva lo
constataba después en ‘Estudio Estadio’… pero por lo general era así, la imagen
constataba lo que horas antes había escuchado. Así que el fútbol por la radio funcionaba.
La pena la compensó al comprobar
que la falta de material futbolístico que retransmitir permitía a otros
deportes hacerse un hueco en la tarde radiofónica del domingo. Las chicas del
balonmano ganaban en la radio la medalla de bronce en el Mundial; incluso se
colaba algún apunte de beisbol yanqui
¿beisbol?
Además, la radio le permitía
hacer otras cosas al tiempo que escuchaba. Entonces -cuando se encerraba en su cuarto-, y ahora. Con la
radio contando la jornada se tragó el Manchester City-Arsenal y el Caja
Laboral-Barsa de baloncesto (se evita escuchar a Manel Comas)… y escribir estas
líneas. Ahora todo el programa está
acompañado por sonido de fondo de una afición animando a su equipo; supongo que
pregrabado y para dar ese ambiente que los dueños de los equipos han sustraído
a las tardes de domingo y radio. Poca afición deben tener estos directivos por
el fútbol al prohibir las entrada a los periodistas en sus estadios, tiran
piedras contra su propio tejado. Lo que ya es de risa es que las radios les den
cuerda entrevistándoles después en sus programas de noche… Aun así, la tarde estuvo bien.
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