No entendía nada. En los últimos
días había escuchado y leído una serie de noticias que no conseguía comprender.
Seguro que sus protagonistas son capaces de asegurarle que están dentro de toda
lógica; es lo mismo a el le descolocaban.
Por un lado, al parecer el
Ayuntamiento de Madrid tiene intención de multar a las personas que rebuscan en
los contenedores algún alimento que echarse al estómago. Se supone que no lo
hacen por disfrute, sino porque no tienen medios para comprar en
tiendas y supermercados. Precisamente, algunas de estas personas esperan al
cierre de los supermercados para conseguir algo de comida.
La lógica le decía que el
Ayuntamiento de Madrid –y el de cualquier otra ciudad- debiera multar a quién
tira comida a la basura, no a quien la recoge por no tener otra cosa que llevarse a la boca.
Además, como pretende el
Ayuntamiento de Madrid que personas que revuelven la basura que los demás
despreciamos en busca de comida paguen multas de 750 euros. Pues eso, que no
comprendía nada. Tan sólo esperaba que, al menos, al acercarse la Navidad y
como seguro en el consistorio madrileño también hay gente con buen corazón no
empiecen a aplicar esta norma hasta después de Reyes; le gustaba la ironía.
Por otro lado, ayer por la mañana
–ministros aparte- la noticia era la novedosa actitud del Banco Central Europeo
que ha prestado 500.000 millones de euros a la banca europea y, además, a un
interés ridículo del 1 por ciento.
Lo primero que pensó es ¡por fin!
Ahora, los bancos van a abrir sus líneas de crédito a las empresas y a las
familias… pues no. Lo único que van a hacer es negocio propio. Los analistas
dicen que los efectos positivos en la ‘economía real’ no se verán hasta un
largo plazo.
Y es que los bancos van a emplear
este dinero ‘casi regalado’ para comprar deuda pública; lo que según los mismos
expertos es un buen negocio debido al bajo coste que ha tenido el dinero recién
adquirido para las entidades bancarias.
Pues eso, que seguro que la
lógica se sobraba por todas partes, pero no lo comprendía. ¿De quién se
preocupa realmente a Europa?
Y la última noticia que no
comprendía era deportiva. Bueno, mejor dicho tenía que ver con el deporte. Después
de pasarnos meses zumbándole Yanick Noah y compañía resulta que cuando se
produce un caso de dopaje nos inventamos extrañas triquiñuelas para difuminarlo. A un atleta lo cazan en un control antidopaje
en los campeonatos de España. Da positivo. La
Federación Española le impone una sanción de dos años sin competir, pero -¡sorpresa!-,
al final todo parece que quedará en un año o menos… al parecer por colaborar
con la Justicia. El caso es que no se sabe de red alguna, atletas o deportistas
de otras disciplinas que hayan sido delatados por este atleta, que, por cierto,
ya puede competir.
Otra noticia que no entendía.
Con decisiones tan ambiguas como
esta es difícil rebatir a quienes denuncian a los deportistas españolas, no
porque lleven razón al generalizar –no la llevan-; sino porque les resulta muy
fácil tener argumentos para practicar la demagogia.
Le gustaban más esos atletas que
promueven seriedad y severidad de verdad: desposesión de marcas, no competir
con la selección y sanción ejemplar. Eso si lo entendía.
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