miércoles, 4 de abril de 2012

Confusión


Estoy leyendo un libro titulado ‘Una súper triste historia de amor verdadero’; de momento está bien. Sólo llevo 140 páginas de 408, pero por el momento estoy disfrutando de sus páginas.

Describe –el libro- la historia de un comercial de un producto de prolongación de la vida para personas con elevados recursos económicos y se sitúa en un futuro cercano. Tras compartir el tiempo de lectura entre la novela de Gary Shteyngart –así se llama el autor- y las noticias he tenido el pálpito de que los argumentos se han entremezclado. En cuento retiro el marca páginas y afronto las primeras líneas una segunda voz entona los titulares del telediario y, por supuesto, cuando me siento a escuchar las noticias la imagen en la tele se desdobla y cobran vida Leonard y Eunice, los protas de la novela.

El libro dibuja un panorama de la sociedad mundial un tanto preocupante. Un mundo que se desmorona, en el que las personas están marcadas por su poder adquisitivo –pantallas situadas en las calles informan a todos los viandantes del saldo de cada ciudadano al transitar frente a ellas-, las calles están tomadas por una especie de ejército que tiene derecho a registrarte y que, al mismo tiempo, te exige de antemano que renuncies a denunciar que lo han hecho. Una sociedad en la que los dos principales partidos se han unido en uno único y en el que Estados Unidos se encuentra al borde del colapso y de Europa poco se sabe… ¡Ah! Y China domina el planeta y todas las monedas tienen como referencia el yuan.

… luego… desempleo, recortes, subida de impuestos, las bolsas se hunden, la prima de riesgo y la deuda se disparan, los bancos se atreven a decir que los mercados esperan más de los Gobiernos, el índice de pobreza se multiplica…

Era el libro... o  las noticias… ¡¡uff!!

No hay comentarios:

Publicar un comentario