miércoles, 8 de febrero de 2012

Y ahora... ¿sigo viendo ciclismo?


Me gusta el ciclismo. Disfruto con casi todo tipo de competiciones deportivas -baloncesto, fútbol, atletismo, tenis-, y  aunque me tragué desde el primer saque hasta el último resto del último Nadal-Jockovic, sin duda alguna el deporte que más he visto por televisión a lo largo de mi vida es el ciclismo.
Han sido muchas horas invertidas desde que era un imberbe juvenil en esto de seguir el deporte de la bici por la tele. Hasta el punto he sido fanático que mis padres –hartos de ver a la peña dando pedales- me mandaban en julio a ver el tour a casa de mi abuela. ¡Que maja!  –mi abuela, digo- que aseguraba que no le importaba y fingía que le gustaba ver los paisajes por los que transitaba la hilera de corredores. Hasta ahora sigo igual; siempre que puedo veo las retransmisiones de ciclismo .

Ahora tengo dudas sobre la sanción a Alberto Contador, igual que las tuve con Alejandro Valverde. Estoy confuso. Me alejo de quienes se ponen la bandera del patriotismo para defender a cualquier deportista. Si alguien da positivo, sea quien sea, debe de ser sancionado. El que la hace la paga. Pero no tengo clara mi posición.

Puedo entender que se sancione a Contador porque en su control se encontró clembuterol y la norma dice que el corredor es responsable de lo que se encuentra en su organismo. Puedo entender que le quiten el Tour del 2010. Pero no entiendo la condena máxima ni que le quiten las carreras que ha ganado –compitiendo con permiso de la UCI- y no dio positivo. Con esta última medida, lo único que demuestra la UCI es que o Contador no se dopa o sus controles antidopaje son nefastos… y entonces la poca credibilidad que le queda al ciclismo estaría en el aire.

En el caso de Valverde -que ha cumplido dos años de sanción- la relación victorias controles es aún más exagerada. Valverde tiene uno de los mejores curriculum del ciclismo, ya que por lo general finaliza primero, segundo o tercero en el setenta por ciento de las carreras en las que compite. Es decir pasa controles en casi todas las pruebas (es obligatorio para los tres primeros); más los realizados por sorpresa por los vampiros y los previos al inicio de las carreras. Nunca ha dado positivo. Nunca. Al parecer una bolsa de su sangre se encontró en la Operación Puerto, pero nunca ha dado positivo. Y encima, en la primera carrera en la que toma parte tras su sanción vuelve a ganar. Y, por lo que parece, tampoco ha dado positivo. En otras palabras, la sanción a Valverde quiere decir que cualquier corredor que gane una carrera puede estar pedaleando dopado. La UCI también le quitó victorias conseguidas sin haber dado positivo.

No me jugaría una mano a que son inocentes, pero tampoco por su culpabilidad. Lo que tengo claro es que o Valverde no se dopa o el sistema de control no es válido. Las dos cosas a la vez son imposibles. 
Seguro que hay tramposos y es posible que algunos nos engañen poniendo cara de pena, pero lo no plantea ninguna duda es que el sistema de control de la UCI y de impartir justicia del TAS hacen agua por todas partes. Y ahora...¿sigo viendo ciclismo? Se admiten consejos.


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