jueves, 22 de diciembre de 2011

TRES NOTICIAS QUE NO ENTENDÍA


No entendía nada. En los últimos días había escuchado y leído una serie de noticias que no conseguía comprender. Seguro que sus protagonistas son capaces de asegurarle que están dentro de toda lógica; es lo mismo a el le descolocaban.

Por un lado, al parecer el Ayuntamiento de Madrid tiene intención de multar a las personas que rebuscan en los contenedores algún alimento que echarse al estómago. Se supone que no lo hacen por disfrute, sino porque no tienen medios para comprar en tiendas y supermercados. Precisamente, algunas de estas personas esperan al cierre de los supermercados para conseguir algo de comida.

La lógica le decía que el Ayuntamiento de Madrid –y el de cualquier otra ciudad- debiera multar a quién tira comida a la basura, no a quien la recoge por no tener otra cosa que llevarse a la boca.

Además, como pretende el Ayuntamiento de Madrid que personas que revuelven la basura que los demás despreciamos en busca de comida paguen multas de 750 euros. Pues eso, que no comprendía nada. Tan sólo esperaba que, al menos, al acercarse la Navidad y como seguro en el consistorio madrileño también hay gente con buen corazón no empiecen a aplicar esta norma hasta después de Reyes; le gustaba la ironía.

Por otro lado, ayer por la mañana –ministros aparte- la noticia era la novedosa actitud del Banco Central Europeo que ha prestado 500.000 millones de euros a la banca europea y, además, a un interés ridículo del 1 por ciento.

Lo primero que pensó es ¡por fin! Ahora, los bancos van a abrir sus líneas de crédito a las empresas y a las familias… pues no. Lo único que van a hacer es negocio propio. Los analistas dicen que los efectos positivos en la ‘economía real’ no se verán hasta un largo plazo.

Y es que los bancos van a emplear este dinero ‘casi regalado’ para comprar deuda pública; lo que según los mismos expertos es un buen negocio debido al bajo coste que ha tenido el dinero recién adquirido para las entidades bancarias.

Pues eso, que seguro que la lógica se sobraba por todas partes, pero no lo comprendía. ¿De quién se preocupa realmente a Europa?

Y la última noticia que no comprendía era deportiva. Bueno, mejor dicho tenía que ver con el deporte. Después de pasarnos meses zumbándole Yanick Noah y compañía resulta que cuando se produce un caso de dopaje nos inventamos extrañas triquiñuelas para difuminarlo.  A un atleta lo cazan en un control antidopaje en los campeonatos de España. Da positivo. La Federación Española le impone una sanción de dos años sin competir, pero -¡sorpresa!-, al final todo parece que quedará en un año o menos… al parecer por colaborar con la Justicia. El caso es que no se sabe de red alguna, atletas o deportistas de otras disciplinas que hayan sido delatados por este atleta, que, por cierto, ya puede competir.

Otra noticia que no entendía.

Con decisiones tan ambiguas como esta es difícil rebatir a quienes denuncian a los deportistas españolas, no porque lleven razón al generalizar –no la llevan-; sino porque les resulta muy fácil tener argumentos para practicar la demagogia.

Le gustaban más esos atletas que promueven seriedad y severidad de verdad: desposesión de marcas, no competir con la selección y sanción ejemplar. Eso si lo entendía.

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